LA EDAD DE LA DUDA (Andrea Camilleri)

26.12.2013 11:27

 

LA EDAD DE LA DUDA 
(L’età del dubio, 2008) 
Andrea Camilleri 

Editorial Salamandra 
Colección Serie Montalbano 
© (No aparece autor) 
© Sellerio Editore, Palermo 2008 
© Ediciones Salamandra, 2012 
Traducción de Teresa Clavel Lledó 
1ª Edición, junio 2012 
Género y tags: Novela policíaca. Literatura italiana. 
ISBN: 9788498384598 
219 Páginas 

Argumento: 
El comisario Montalbano, ubicado en la ciudad de Vigàta, rescata a una joven cuando una tempestad ha cortado la carretera… A partir de ahí, todo se desencadena: Un yate de lujo, que ha tenido que atracar en el puerto a causa del mal estado de la mar, ha rescatado un cadáver al que se le ha desfigurado el rostro y navegaba en una lancha neumática… Y esa muchacha encontrada por el protagonista parece que tiene conexión con ese barco… 

Un montón de incógnitas se dan la mano en una historia que de, entrada, asombra, capta por lo inverosímil de algunas circunstancias y deja al lector expectante. 


Opinión: 
Este es el primer libro que leo del comisario Montalbano, que parece que ya ha protagonizado un buen número de obras… 

Bueno, como no tengo referencias de sus otras intrigas, tendré que limitarme a ésta… Y esta no me ha gustado. 

Me explico: Admito que un giro inesperado al comienzo de la novela atrapa al lector, por lo extraño, lo inverosímil… (hasta ahí, bien) 

Pero a medida que he leído… ¡Pues no! Tenemos una novela en la que un comisario casi sesentón se enamora de una joven teniente de Capitanía (normal, posible) Eso puede parecer lógico, aunque el comportamiento de ambos no me lo ha parecido. 

Pero lo que no he visto normal es la trama en sí… Admito que engancha al principio, como decía, por lo extraño y las circunstancias extrañas, pero… No me imagino a los “malos” siendo tan torpes. Ni me imagino una operación importante con tan poca investigación ni recursos ni, mucho menos, a un comisario de policía escaqueándose de presentar unos informes inventando una falsa familia, un falso hijo moribundo y haciendo creer a un superior que ese niño inexistente había muerto, lo que le supuso recibir una corona de flores… 

Creo que el autor ha intentado hacer reír ante determinadas situaciones, pero conmigo no lo ha conseguido. Es impensable hacer creer que resulta chistoso un tipo que se escaquea porque en esta novela se ha enamorado de una jovencita y que tiene la poca inteligencia de intentar argumentar ante un superior una falacia, como que tiene familia, un hijo moribundo, que ha de acudir al Hospital y… ¡No cuadra! 

Siempre he dicho que esa fina línea que separa lo chistoso de lo inverosímil es muy tenue… Y en este caso, en mi opinión, no ha sabido el autor poner ese límite: ¿Un funcionario que “nunca” pronuncia bien un nombre y que parece una alfombra dispuesta a que la pisen? Pues no sé… ¿Unos “malos” que se fían del primero que ven y se meten en la “boca del lobo”? Me ha parecido del todo inverosímil. ¿Unos “buenos” que intentan hacer su trabajo de forma individual, cuando el tema es serio, y no se pide una orden para impedir la salida del puerto de dos barcos pese a haber cadáveres? ¿Un jefe superior de policía empeñado en que Montalbano tiene mujer e hijos, aunque él siempre lo ha desmentido, y aceptando rezar por el “niño” inexistente y hasta enviar una corona de flores? 

La historia atrapa, como decía, por las incongruencias que se dan en un principio. Pero ni el desarrollo de la trama ni, mucho menos, su desenlace me han gustado. Hay autores que saben hacer reír y otros que traspasan ese límite entre lo chistoso o lo verdaderamente absurdo. 

No sé si los amantes de Montalbano opinarán igual que yo que, como he dicho, no he leído otros libros de ese comisario. Lo que sí es cierto es que me han sobrado montones de palabras en italiano, me he perdido en esa maraña de nombres y no he sido capaz de captar la supuesta ironía que pretendía plasmar el autor ante hechos graves. ¿Alguien se imagina a un funcionario arrastrado por el suelo e incapaz de pronunciar un nombre bien? ¿Alguien piensa en un Comisario de policía hablando con un superior, que supuestamente siempre ha obviado que era soltero y le atribuía mujer e hijos, largándole la trola de que uno de sus retoños estaba muerto para escaquearse de repasar unos informes? Lo siento, pero yo no. Y esa fina línea que separa lo chistoso de lo absurdo, en mi opinión el autor no ha sabido diferenciarla (ignoro si en otras entregas sí) 

Lo que sí es cierto es que la novela permite pasar un tiempo distraído y que la trama inicial engancha. 

@Pilar López Bernués