Argumento:
Cuando el joven adolescente Saúl regresa a Londres tras unos días de acampada, camina pesaroso hacia el piso que comparte con su padre. No existe entre ellos demasiada comunicación, por ese motivo, el chico no llama a la puerta sino que abre con su llave, ya avanzada la noche. Le llega el sonido del televisor y vislumbra la tenue luminosidad procedente del salón, pero opta por ir derecho a su habitación.
Saúl despierta sobresaltado cuando la policía irrumpe en la vivienda a la mañana siguiente y se lo lleva detenido. Todas sus preguntas caen en saco roto, nadie le presta atención, sólo es interrogado y encerrado en un calabozo.
A medida que pasan las horas, el joven se desespera entre las cuatro paredes que lo mantienen preso, y cuando ya no sabe qué pensar ni cuánto durará aquella pesadilla, descubre que un extraño personaje ha accedido a su celda... Huele fatal, se cubre con una capa negra y sus facciones no logra verlas. El recién llegado se identifica como “El Rey Rata” y promete sacarlo de ahí. Es un ser con apariencia humana pero con poderes especiales y, en esos momentos, un soplo de esperanza para el confundido adolescente.
Saúl, ayudado por su liberador, descubre que posee muchas de las aptitudes de las ratas, como salir por un sitio diminuto; también aprende a trepar por tuberías y pasar desapercibido para los londinenses mientras conoce el hogar de los roedores: la intrincada ciudad subterránea formada por alcantarillas.
Varias y sangrientas muertes, que la policía relaciona con el desaparecido Saúl, lo convierten en un hombre buscado por las autoridades. Al mismo tiempo, él descubre que parte de su metabolismo, o de su sangre, es de rata y, como roedor, aprende a sobrevivir en un submundo dominado por el hedor y los deshechos de la ciudad.
Poco a poco, una amenaza externa acosa a los amigos humanos de Saúl, al Rey Rata y a otros dos reyes fantásticos: el rey de las arañas y el rey de los pájaros, pero paralelamente, el joven comienza a pensar que su liberación ha tenido por objeto ser utilizado...
Opinión:
Aunque el primer capítulo apunta hacia una novela policíaca, en el segundo queda de manifiesto que no lo es. Esta no es una historia de detectives, no es una historia de terror, no es una obra de ciencia-ficción y no es una novela mitológica... Es una mezcla de todo eso.
Cuando escribo “no es...” me estoy refiriendo a varias cosas: No posee una trama detectivesca que enganche pese a que la novela está repleta de crímenes; hay descripciones terroríficas que no infunden terror; no es ciencia-ficción puesto que la Ciencia no aparece por ningún sitio; y aunque, supuestamente, la obra se basa en una mitología conocida a la que le da unos toques fantásticos y personales, no es exactamente mitológica.
Pensar en un híbrido hombre-rata parece que encaja en la literatura fantástica, pero yo, personalmente, no he conseguido absolutamente nada con la lectura de este libro a no ser un estómago revuelto. Las constantes y detalladas descripciones del autor cuando sitúa a Saúl en las alcantarillas repletas de heces, nadando entre ellas, o cuando se recrea en las bolsas de basura podrida describiendo con qué deleite el hombre-rata come hamburguesas podridas y masticadas, hediondas y con los jugos de la descomposición impregnando los restos... Bueno, mi opinión general es que China Mieville ha logrado ser muy gráfico, eso no se lo discuto, pero ha creado una historia ambivalente, difícilmente catalogable dentro de un género y que me ha dejado una sensación profunda de desagrado. Hablar de ratas como tales y de sus costumbres es una cosa, es una realidad y, agradable o no, está ahí, pero describir a un adolescente nadando entre heces y comiendo basuras con deleite, recreándose una y otra vez en los detalles más asquerosos a mí, personalmente, me ha producido retorcijón de estómago.
Veo una novela subrrealista que no distrae, no aporta nada desde el punto de vista informativo, ensayista o mitológico y posee una trama fácil, cuyo desenlace se adivina. Es una obra que, cuando se termina, produce la sensación de haber perdido el tiempo. A mi no me ha distraído, no me ha captado el argumento, no me ha enriquecido con conocimientos mitológicos, no me ha hecho pensar sobre determinados temas ni me ha permitido soñar con seres fantásticos. El regusto que me ha dejado es realmente fatuo y desagradable.
Puesta mi opinión, creo que es obligado mencionar que China Mieville ha recibido múltiples galardones, está considerado uno de los autores anglosajones actuales más importantes y que la novela en cuestión ha sido muy bien acogida por la crítica.
@Pilar López Bernués |
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