Argumento:
Joe Boman, biólogo y autor de varios escritos sobre cetáceos, inicia al lector en el conocimiento de la ballena desde las primeras referencias que se conocen, incluidas las Bíblicas, hasta la actualidad.
Se refieren poesías, antiguas canciones, leyendas, datos biológicos, costumbres migratorias, distintas variedades de cetáceos y un amplio abanico de situaciones en las que las ballenas han jugado un papel importante en el desarrollo de la humanidad.
Los “monstruos” que navegaban en el océano proporcionaron aceite, cera, vestimenta, carne, barbas para útiles de trabajo... Eran un pequeño tesoro para aquellos pueblos indígenas que las encontraban varadas en sus costas y que consideraban un regalo de los dioses el hallazgo de un cetáceo arrastrado por el mar hasta las playas.
Los primeros humanos que se abastecían de las ballenas sentían por ellas una cierta adoración y respeto, convocaban a sus dioses y hasta oficiaban rituales chamánicos. Pero como no podía ser de otra forma, cuando la captura de esos cetáceos se convirtió en una industria, se cometieron auténticas barbaridades, se capturó masivamente, no se respetaron unos mínimos y el resultado es obvio: Hemos conseguido llevar a esos mamíferos al borde de la extinción.
En el libro se refieren igualmente interesantes anécdotas, se habla de la vida de los balleneros a bordo de los barcos, de cómo se capturaban los cetáceos y del uso que durante siglos se ha hecho del cuerpo del animal más grande que ha existido sobre la Tierra.
Opinión:
Me ha gustado mucho. El autor ha sabido describir con realismo todas las barbaridades y carnicerías que se han cometido, la vida en alta mar, las leyendas y mitología... Hay igualmente interesantes anécdotas y referencias curiosas del uso de algunas partes del animal, como los corsés que proporcionaban a las damas del siglo XIX una cintura de avispa. Actuaciones como la del millonario Aristóteles Onassis, los intereses creados, la insensibilidad y egoísmo de algunos países... En un amplio abanico escrito de forma amena, el lector abre los ojos ante realidades que han estado ahí y apenas se conocen, al menos no en profundidad: La inteligencia de esos animales, sus canciones, el amor por los ballenatos, la brutalidad de las matanzas y las matanzas por pura diversión...
De todo lo leído me ha quedado un regusto especial, bastante amargo. No puedo apartar de mi mente esa frase de Einstein: “Sólo hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana; y de lo primero no estoy seguro”.
@Pilar López Bernués |
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