SENSE FRONTERES (Albert Casals)

03.01.2014 08:57

 

SENSE FRONTERES (SIN FRONTERAS) 
Autor: Albert Casals (https://www.albertcasals.cat) 
Editorial: Ediciones 62 
1ª Edición: Marzo 2011 
Género y tags: Libro de viajes - autoayuda 
ISBN: 9788429767636 (en catalán) 
Páginas: 209 

(El libro se complementa con un epílogo que incluye tres relatos del autor y unas cuantas páginas de agradecimientos) 

Argumento: 
El argumento es simple: Un joven imposibilitado y dependiente de una silla de ruedas decide recorrer el mundo en solitario (como ya hizo a los 14-15 años). 

En esta ocasión sus viajes no serán sólo de uno o dos meses sino de todo un año, o medio, pero (en cualquier caso) su nuevo reto consistirá en viajar por América del Sur, EEUU, África y Japón… ¡SIN DINERO! 

Opinión: 
Cuando leí el primer libro de viajes de Albert Casals (El mundo sobre ruedas) me maravilló comprobar hasta qué punto un adolescente condenado a vivir en silla de ruedas a causa de una leucemia que se le detectó a los siete-ocho años decidió perseguir sus sueños… Porque si viajar en solitario por medio mundo supondría (a priori) un reto que no todos nos atreveríamos a afrontar, ahí estaba Albert… 

A los catorce comenzó a viajar solo, pero en este último libro (con muchos conocimientos ya adquiridos) Albert (pelín mayor) nos relata cómo se lanzó a la nueva aventura de conocer el mundo ¡Y lo hizo sin dinero! 

Si yo leyera una novela tipo thriller en la que el protagonista es un adolescente (joven por los “pelos” en la última obra pero un niño en la primera) que viaja sin dinero, lleva el pelo teñido de azul, depende de una silla de ruedas, va solo y se enfrenta a tempestades en alta mar, va a parar a islas salvajes, presencia un terremoto que un segundo antes de que cruce un puente lo derriba, pasa fronteras sin tener el visado y un largo (larguísimo) etc. lo primero que pensaría sería que al autor se le había “ido la pluma” y también la imaginación. 

Pero, no… “La realidad supera a la ficción”. Albert tenía (y tiene) el sueño de viajar, conocer gente… Le importan poco o nada los lugares turísticos porque lo que le hace reír (y ser feliz) es descubrir cada día el “día a día”. No le importa dormir a cubierto o en un parque, come lo que le dan. Y si de algo está seguro es de que la “vida” vale la pena vivirla y de que el Universo provee cuando uno está seguro de que será así… 
Recorriendo el mundo en autoestop, “silla-estop, bus-estop”, subiendo como un polizón en camiones, barcos o lanchas… Albert nos muestra cómo pasar fronteras, ganarse a la gente, comer y hasta dormir bajo techo… Y si no hay casa… ¿Qué mejor que un parque o una playa para echar una cabezada (¿aunque sea dentro de un terreno militar?) 

Como decía, si el libro fuera una novela tendría que decir que el autor se había pasado “tres pueblos” y que tanto el protagonista como sus aventuras inverosímiles resultan eso: INVEROSÍMILES. 

Pero este libro es una historia real… Animo a todos los lectores a empatizar con un chaval que, lejos de derrumbarse al verse postrado en una silla de ruedas, ha sido capaz de perseguir sus sueños y vivir feliz. 

En el primer libro Albert se cuestionaba en algún punto si su silla de ruedas había sido para él más una ayuda que otra cosa… Quizá, quizá sí que ver a un adolescente sin dinero viajando por medio mundo desate en determinadas personas un sentimiento de solidaridad que, tal vez, no mostrarían ante ese mismo chaval si no presentara incapacidad alguna… ¿? 

Pero algo está claro: Si a muchos adultos nos frenaría viajar sin dinero, correr el riesgo de tempestades tropicales, no saber dónde dormir, asumir terremotos o adentrarnos en un continente africano repleto de conflictos, es digno de admiración que todos esos retos, y muchos más, los haya asumido un adolescente (primero) y un jovenzuelo poco después, persiguiendo su sueño de viajar, un sueño que la leucemia y la silla de ruedas no han conseguido destruir. 

@Pilar López Bernués