Argumento:
El autor del libro, que ha viajado por los cinco continentes, nos ofrece una lectura heterogénea en la que los protagonistas son islas. Hay islas tan diminutas que apenas aparecen en mapas y otras tan grandes como Australia. Dice en su introducción que no están todas las que ha visitado, pero sí ha visitado todas las que aparecen.
De la mano del escritor, recorremos varios enclaves dispares con el único denominador común de que están rodeados de agua; y como lo escrito es lo vivido, en algunos casos hallamos muchísima documentación histórica, anécdotas y hasta itinerarios turísticos mientras otras referencias son algo más escuetas.
El viaje literario se inicia en las islas españolas: Canarias, luego Baleares y una referencia a las Medas (apenas peñascos emergidos del mar) frente a la Costa Brava. Siguiendo la singladura, llegamos a islas de Italia, Francia y Malta para seguir con Azores, Madeira, Cuba, Cayman, Granada, Curaçao, Reunión, Seychelles, Filipinas, Islandia, islotes de Ecuador y Argentina y, finalmente, Australia.
Opinión:
Creo que es un libro muy interesante al que le pondría un único “pero”: En algunos casos las referencias me han parecido excesivamente detalladas y en otros demasiado concisas. Eso es comprensible, puesto que el autor ha narrado sus experiencias, pero al hablar de “detalladas” me estoy refiriendo a las meramente turísticas y, por tanto, cambiantes: Leer el modo de llegar “desde-hasta” con todo lujo de detalles creo que entorpece la lectura tanto si el lector está interesado en visitar la isla como si no lo está. En el primer caso, esos datos los encontrará actualizados en folletos y en el segundo no le aportan mucho. Esas páginas “de más”, especialmente al principio de la obra, son las que hacen que en otros puntos, descritos brevemente en ocasiones, se note a faltar con mayor rigor algo de información.
Hecho ese pequeño inciso, el libro es muy interesante. Posee abundante historia local, descripciones de paisajes y monumentos, platos típicos, leyendas y un largo etc.
Hay que leer el libro tal y como es: Heterogéneo por completo y basado en experiencias del autor. Con esa mentalidad, con la idea de que se trata de un libro de viajes y no de un tratado de Geografía o Historia, es posible disfrutar de él y aprender muchísimo, aceptando las descripciones, colonizaciones o anécdotas allí donde las haya y leyendo referencias menos profundas e incluso someras en otras ocasiones.
En cualquier caso, creo que es un libro excelente para pasar un buen rato y “vivir” aventuras desde el sofá.. Leyendas, historias, fauna y flora, colonizaciones, recursos, monumentos, volcanes en erupción y situaciones tan dispares como las protagonistas de la obra (las islas) llevan al lector a una fascinante experiencia de descubrimiento, repleto de interesantes anécdotas y referencias de lugares que no siempre aparecen en las guías.
@Pilar López Bernués |
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