INES DEL ALMA MÍA (Isabel Allende)

26.12.2013 10:36

 

Isabel Allende ha recreado una novela histórica basándose en la conquista de Chile y sacando a la luz a una mujer ejemplar que, como ella dice, no apareció en las crónicas pero jugó un papel de primer orden en la conquista de Chile: Inés de Suárez (1507-1580). 
Se nos muestra a una Inés algo adelantada a su tiempo, persona valiente, decidida y de una fortaleza interior encomiable. Se casó con un primer marido del que aprendió el arte del amor y el sexo, pero cuando él (como muchos españoles de la época) se fue a “las Indias” en busca de fortuna, ella se quedó en su Extremadura natal con la única opción de esperar su vuelta ¿? y, mientras, convertirse en “medio viuda”. 
El amor entre Juan e Inés, una vez pasada la pasión inicial, ya había muerto, pero ella, no conforme con ejercer de costurera el resto de su vida esperando a un marido que podía regresar o no hacerlo, decidió ir en su busca... Logró salvar todos los inconvenientes que no permitían a una mujer desplazarse sola, y logró embarcar rumbo a las américas... Aprendió a sanar cuerpos, a cocinar para mucha gente, a dirigir y hasta a usar una espada. 
Tras muchas peripecias, Inés conoció al que sería su amante y primer gobernador de Chile: Pedro de Valdivia. Juntos y enamorados, emprendieron la tarea de colonizar y conquistar para España un terreno apenas conocido y del que las huestes de Almagro habían regresado echando pestes, derrotados, arruinados y enfermos. 
La novela recrea la travesía del desierto, las luchas contra los nativos y la supuesta “colonización” en la que los invasores españoles iban sembrando el terror entre los indígenas, dispuestos a defender sus territorios. 
Se nos muestra a un Pedro de Valdivia guerrero, seguro de sus ideales y con ánimo de colonizar, pero también leemos las atroces torturas, humillaciones y traiciones sufridas por los habitantes de Chile, no dispuestos a ceder sus terrenos y cambiar a sus dioses por otro dios torturado y clavado en una cruz, incapaces además de oír de labios de sacerdotes un mensaje de amor mientras sus tierras les eran arrebatadas, sus mujeres violadas y los hombres asesinados o convertidos en esclavos. 
Poco a poco, la historia va narrando las penurias y glorias de la conquista de Chile para España y la fundación de la ciudad de Santiago, recreando el día a día con multitud de anécdotas y destacando la labor fundamental de Inés de Suárez que, en la novela, narra en primera persona. 
El libro incluye algunas ilustraciones, entre ellas una de Manuel Ortega titulada. “Inés de Suárez en defensa de Santiago” y que se halla en el Museo Nacional de Santiago de Chile. 

Siempre he dicho que no me gusta la Historia y, si soy sincera conmigo misma, más que no gustarme es que siento que me manipulan, que las crónicas están escritas por los vencedores o, en todo caso, censuradas una y mil veces... En este relato, Isabel Allende nos ha mostrado una realidad cruda y, yo creo, bastante imparcial. Con el amor como telón de fondo y una Inés de Suárez extraordinaria y juiciosa, asistimos a una conquista en nombre de “Dios, Santiago y España” protagonizada por hombres que, en su mayoría, sólo buscaban enriquecerse con el oro, que sometieron, torturaron de forma horrible y mataron a miles y miles de seres humanos, violaron a sus mujeres y convirtieron en esclavos a los supervivientes en pos de una “cristianización”. 
Se nos muestra a los soldados y capitanes amancebados con sus criadas indias y a unos hermanos Pizarro traidores, ambiciosos de poder y totalmente déspotas. 
Por otra parte, las continuas guerras y escaramuzas militares, las torturas a que eran sometidos indios y cristianos (dependiendo de quién las hiciera) ponen la piel de gallina... Hombres, mujeres y niños quemados vivos, empalados, decapitados... 
En medio de esa vorágine, Isabel Allende ha sabido recrear escenas de amor, de ternura, de sentimientos encontrados, dudas y temores. Se nos narran claramente las más absolutas penurias junto a escenas festivas. Pero como, supuestamente, la crónica es la escrita por Inés de Suárez, el lector acaba conociendo a esa extraordinaria mujer, capaz de seguir a su amante a la conquista de Chile irguiendo una espada pero también de amar con ternura y pasión. Sus juicios son inteligentes, su capacidad organizativa ejemplar, su sensibilidad está por encima de la de los soldados e indios y es capaz de admirar a los indígenas indomables porque, en el fondo, los entiende. 
El libro me ha gustado mucho. Siempre me ha molestado la asignatura de Historia porque nunca he creído que estudiaba la verdad. Concretamente, me tocó aprender en mi época estudiantil que Pizarro y todos los conquistadores españoles fueron héroes y eso dejé de creerlo casi de inmediato, en cuánto descubrí que asesinaron a Atahualpa tras hacerle entregar el oro de los Incas. 
En esta recreación histórica, no sólo he visto a los españoles, incas, aztecas y otras etnias desde una perspectiva más creíble sino que he tenido ocasión de conocer a una mujer ejemplar, que jugó un papel muy importante en la Historia, que luchó por amor y fue capaz de grandes proezas, pero de la que las crónicas de la época apenas se hicieron cargo porque solaparon su labor a la de los militares que, dicho sea de paso, le debieron mucho.

@Pilar López Bernués