EL SILENCIO DEL BOSQUE (Tana French)

26.12.2013 12:59

 

EL SILENCIO DEL BOSQUE 
Tana French 
Editorial: RBA 
Título original: In the Woods (año 2007) 
Licencia editorial: Círculo de Lectores (2009) 
Traducción: Isabel Margelí Bailo 
Edición: 2010 (primera) 
Género: Novela negra 
ISBN: 978-84-9867-787-4 
Páginas: 589 (incluyendo nota explicativa de la autora y agradecimientos) 

Argumento: 
La localidad de Knochnaree, situada cerca de Dublín, era en 1984 una población pequeña. En sus afueras, muy cerca de un intrincado bosque, se alzaba una urbanización de casas pareadas y algo solitarias; una de las calles terminaba en un muro de cemento y ladrillo que separaba las viviendas de la espesa frondosidad y los animales que habitaban al otro lado, de los restos de una antigua torre y de los misterios y leyendas que “vivían” encerradas en aquel espacio denso, tupido, repleto de árboles centenarios muy altos y un sotobosque espeso. 

La pequeña Germaine y sus dos amigos inseparables, Peter y Adam Ryan, los tres de doce años, jugaban a diario en la calle y en el bosque, que conocían al dedillo. Una tarde de agosto de 1984 los tres amigos desaparecieron ahí. Sólo Adam fue hallado aferrado a un árbol, ensangrentado y en estado de shock; de los otros dos no se halló rastro. 

Veinte años después una excavación arqueológica estaba trabajando en ese lugar cuando sobre una piedra ceremonial apareció el cadáver sin vida de una niña de la urbanización que llevaba dos días desaparecida. 

Adam Ryan, que en esos momentos se hacía llamar Rob y era detective de homicidios, fue uno de los encargados de la investigación, cosa que le llevó a enfrentarse de nuevo al terrible trauma que no superó en su momento. 

Opinión: 
Mi opinión no puede ser más clara: ¡ABSOLUTAMENTE GENIAL! La novela atrapa en las primeras líneas y, aunque es extensa, casi 600 páginas, no me habría importado leer 600 más. 

Elaboradas descripciones arqueológicas y de mitología local, ciencia forense y perfiles de asesinos van sustentando una investigación en la que, aparte de los datos y pruebas, predominan las relaciones humanas y su tremenda complejidad, muy bien expuestas y con detalles muy intimistas, cosa que acerca los personajes al lector, especialmente porque es el propio Adam Ryan el que narra la historia. Ese último detalle permite revivir sus miedos, sus inseguridades y hasta sus ataques de pánico cada vez que consigue rescatar una imagen de su memoria y trata de darle forma. Pero también se siente la deliciosa e inaudita relación de complicidad con su amiga y camarada Cassie o la forzada convivencia que sufre el protagonista compartiendo piso con una mujer quisquillosa. 

El ambiente en la brigada de homicidios, las rencillas, simpatías y enemistades, chistes, radio “Macuto” declaraciones ante un juez, el tema de los menores acusados y hasta la corrupción política o determinados intereses que no permiten obrar con total libertad... Todo queda perfectamente descrito y suena convincente. También las borracheras en soledad, paseos nocturnos, cenas íntimas estudiando el caso y anécdotas de todo tipo resultan atractivas porque permiten establecer una buena dosis de empatía con el personaje narrador. 

Pero si la trama de la novela es intensa, está muy bien desarrollada y no da tregua, vuelvo a recalcar que la profundidad con la que se exponen los temas, conservando ese justo equilibro que hace que resulten interesantes pero no agobiantes para los inexpertos y, sobre todo, el gran conocimiento de la naturaleza humana que se desprende, hacen que considere la obra muy apropiada para todo tipo de lectores. 

A los que les guste la novela negra creo que el libro no les defraudará, pero es perfectamente apto para cualquier lector que, además de pasar un rato distendido, desee recoger información adicional, muy bien documentada y magistralmente expuesta. 

Para poner un “remate final” ese final es algo… especial. 

@Pilar López Bernués