EL CAFÉ DE LA LUNA (Mª Dolores García Pastor)

26.07.2014 09:50

 

El Café de la Luna

El Café de la Luna, 2012

Mª Dolores García Pastor

Editorial: Alrevés

Colección: Narrativa

1ª Edición: Febrero 2012

ISBN: 9788415098461

Tapa blanda

GÉNERO principal: Novela corta

Etiquetas- tags: Barrio Gótico, Barcelona, bohemos, magia, soñadores. Literatura española.

Páginas: 144

 

Argumento:

En uno de esos rincones añejos y cargados de historia que pueden hallarse en el Barrio Gótico de Barcelona, existe un entrañable café con un título tan sugestivo como la puerta de hierro forjado y la cristalera de estrellas y flores que le sirven de entrada.

 

Antiguamente, el edificio fue un lupanar romano, siglos después la casa albergó un amor clandestino entre gente “bien” y, finalmente, Miranda reconvirtió esas piedras centenarias en un café diferente y singular… Quedó impregnado el espacio de una esencia bohemia y serena que no solo se debió a las vibraciones dejadas en él por los personajes que con el paso de los años y hasta siglos impregnaron ese rincón de invisibles pero reales huellas, sino al encanto de la dueña, el sugestivo olor a café, té y flores frescas o la acogedora decoración que incluía una chimenea antigua, el piano, libros que los clientes tenían a su disposición en una estantería, la vieja máquina de escribir, un libro de Neruda enmarcado y protegido tras una vitrina o esas flores que a diario decoraban todas y cada una de las mesas…

 

Ese es el Café de la Luna, un lugar que alberga entre sus cimientos muchas historias y acoge con los brazos abiertos a soñadores, alienta ilusiones y parece existir en un mundo mágico. Con esas premisas, a nadie le sorprende hallar allí a un escritor que malvive, un afinador de pianos, un voraz lector o una actriz ya anciana, entre otros… Y es que en medio de una ciudad grande, ese rincón sirve de punto de encuentro de amores y desamores, sueños frustrados, ilusiones y un amor por la vida bohemia que se dan cita tras pasar un arco antiguo, llegar a la plaza del Record y entrar en un mundo distinto y silencioso, pese a hallarse tan cercano al bullicio de la gran ciudad.

 

Opinión:

Con una prosa cercana pero muy elaborada y hasta en momentos distinguida, la autora nos lleva por la vida de sus personajes, todos ellos muy bien elegidos y entrañables.

 

El Café de la Luna es el punto de encuentro que atrae como un imán a personas solas, fracasadas, siempre sensibles y algo soñadoras que buscan, en definitiva, huir de la soledad y que entre esas paredes, y sin mediar palabra en ocasiones, encuentran en ese espacio otra cosa, una prolongación de un hogar que muchos de ellos ni siquiera poseen.

 

Y es que entre los personajes no faltan los que han llegado a la ciudad desde el otro lado del “charco” buscando un mundo mejor y malviven en pisos-patera, ni los románticos que han visto frustrado ese amor o sus ilusiones artísticas… y también caben quienes, sencillamente, pese a poseer una vida estable y lujosa, se sienten alejados de su “yo” más auténtico.

 

En el Café de la Luna se dan cita unos personajes, en efecto, los habituales, los que van a diario y tienen “su” mesa o “su” espacio. Para el lector, ese reducido lugar se convierte en algo vivo y cuesta poco trasladarse con la mente a él y convertirse en un asiduo más de un rincón entrañable y especial, en el que nadie sobra ni falta, cada uno va a lo suyo, tiene su zona, horario y consumición habitual; pero en el que los sueños, la magia y el romanticismo traspasan barreras, apartando por un tiempo los problemas del día a día.

 

La obra encandila y atrapa en las primeras páginas. Sin embargo, la autora no nos muestra, no obstante, un único mundo encantador sino repleto de frustraciones, amores y desamores y sueños incumplidos. Los habituales del Café de la Luna no son personas de vida fácil ni necesidades cubiertas, más bien todo lo contrario; se buscan a sí mismos, consciente o inconscientemente, y el café es el remanso de paz y punto de unión para mentes dispares, pero siempre muy sensibles. En esa vorágine es posible entrar como lector y sentirse arropado.

 

El romanticismo de la vida bohemia marca la trama, pero también la desazón de los corazones muertos, humillados o hasta ilusionados pese a malvivir, ilusionados persiguiendo sueños…

 

El Barrio Gótico de Barcelona siempre me ha fascinado. He acudido a él en momentos difíciles, tratando de atrapar serenidad entre callejuelas antiguas, buscando en las piedras centenarias y las múltiples historias que guardan un atisbo de luz en medio de la oscuridad…

 

Me habría encantado durante esas incursiones encontrarme con el Café de la Luna, porque estoy segura de que habría entrado en él, ojeado con mirada tímida a sus habituales y aun en la distancia, disfrutado de esa exquisita decoración: un piano de cola rescatado del cautiverio y la humillación de ser objeto de compra-venta en unos encantes antiguos, la achacosa máquina de escribir custodiando los versos de Neruda o la entrañable chimenea dispuesta a caldear el ambiente durante el invierno y observando complaciente a los paisanos en época de verano.

 

Este es un libro que me ha gustado mucho, que rebosa magia y sensibilidad y que a pesar de la belleza que transmite, sabe poner sobre el papel esa otra realidad de los que viven sin papeles o sin un trabajo digno, se alojan en antros infectos y, a pesar de todo, sueñan. Tampoco faltan algunas menciones a la especulación inmobiliaria y a cómo algunos desalmados se aprovechan de los más débiles para hacer negocio.

 

La descripción del Barrio Gótico de Barcelona y muy especialmente su esencia, Mª Dolores García Pastor ha sabido transmitirlas al papel de manera singular.

 

Realmente, fantástico.

 

@Pilar López Bernués