Argumento:
A los sesenta años, y tras haber permanecido toda su vida en el pueblo de Thomaston, Louis decide preparar con su mujer un viaje a Venecia y contactar con un amigo de ambos, convertido en pintor famoso. Louis nunca consiguió entender por qué motivo Booby se marchó de la población siendo adolescente y jamás regresó.
Poco a poco, mientras la idea del viaje toma forma, el protagonista rememora su vida y va poniendo por escrito multitud de recuerdos de infancia y adolescencia. Describe Thomaston como un pueblo dividido en tres sectores: Oeste (marginal), Este (clase media) y el Burgo (gente adinerada). Y otra característica del lugar es la fábrica de curtidos, que dio trabajo a mucha gente pero que contaminó irremediablemente el río y afectó a la salud pública.
Louis recuerda sus primeros años, cuando vivían con los abuelos, luego el traslado a un apartamento decrépito del lado Oeste y el salto, años más tarde, a la zona Este, en la que sus padres consiguieron subsistir poniendo en marcha un negocio familiar.
Pensando en su amigo Booby, el hombre recuerda al matón del padre del chico, un maltratador que jamás aprobó su amistad, a su madre, siempre embarazada y tratando de huir sin conseguirlo... También la familia de su novia estaba rota y ello lleva a Louis a sentir lo buen hombre que fue su padre, al que siempre se sintió muy cercano y comprende por qué la pequeña tienda familiar se convirtió para él y sus amigos en un refugio cálido y seguro, en el que la armonía se imponía a pesar de los desacuerdos.
Palizas a adolescentes negros por sentarse en el cine junto a una joven blanca, apuestas en antros, las pizzerías a las que acudían algún sábado... Louis va desgranando su vida a medida que le asaltan los recuerdos, sin seguir necesariamente un orden cronológico. Mientras, de forma intercalada, se muestra la vida en Venecia de Booby y su dedicación especial a dos cuadros que deberán acompañarle a una exposición en New York.
Opinión:
Es un libro interesante y profundiza mucho en la naturaleza humana, en las injusticias raciales y en el valor subjetivo de algunas cosas, como esa tienda familiar que llega a adquirir vida propia y constituye un rincón entrañable.
Las páginas en las que la narración hace un alto y se traslada a Venecia para seguir los pasos de Booby a mi me parecen menos intensas en general. Y me ha sorprendido que Booby Marconi se convierta en Noonan sin previo aviso porque no es fácil ligar esos nombres al principio de la novela y cuando no se conoce a los que intervienen.
En conjunto, sin embargo, es una buena obra, muy apta para detenerse a pensar en algunas cosas y en la autenticidad o no de determinados valores. Al final, ese análisis de los recuerdos pone al descubierto secretos familiares y anhelos no confesados. Nada es tan simple como parece porque cada ser, en el fondo de si mismo, ha vivido una vida interior no siempre compartida con los demás.
@Pilar López Bernués |
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