MUERTE EN LA VICARÍA (Ágatha Christie)

26.12.2013 13:07

 

En el pequeño pueblo de St. Mary Mead la vida transcurre de forma apacible y aburrida; lo más pintoresco consiste en cotillear acerca de los demás y para ello la localidad cuenta con unas cuantas solteronas dispuestas a ponerse mutuamente al día... Pero todo cambia en ese tranquilo escenario cuando en el gabinete del vicario Leonard Clemend (un hombre casado con una mujer mucho más joven) aparece el cadáver del coronel Protheroe, magistrado, muy estricto, de carácter irascible y que ha atraído sobre sí las antipatías de la mayoría de parroquianos. 

Un supuesto robo en el cepillo de la iglesia es el comienzo de la historia, escrita en primera persona por el vicario. Luego está el crimen, pistas falsas, falsos culpables, algunos secretos, una excavación arqueológica, un pintor joven y bohemio y hasta la presencia en el pueblo de una excéntrica mujer. Ese caldo de cultivo llevará a la policía, con ayuda del clérigo y el médico local, a ir desmadejando el ovillo complicado en el que unas pistas indican una hora del crimen y las científicas otra muy distinta... Pero será la intervención de la Srta. Marple, con su intuición, curiosidad y conocimiento de la naturaleza humana la que conseguirá dar con la verdad y resolver una entramada historia. 


Los libros de Ágatha Christie suelen gustarme, aunque algunos de ellos sólo me permitan pasar un rato agradable y piense al final que la trama no me ha convencido. También es cierto que, así como el personaje del detective Hércules Poirot me resulta interesante, la anciana-solterona-fisgona Srta. Marple nunca me ha seducido mucho... ¡Hasta esta novela! 
He de reconocer que es una de las mejores que he leído protagonizada por Miss Marple. La trama es compleja y rebuscada pero bastante interesante y el libro se complementa con tres planos que permiten al lector hacerse una composición de lugar: Las dos entradas a la vicaría (una por el gabinete y la principal), la estancia en que se comete el crímen y la distribución de algunas casas y edificios de St. Mary Mead. 
Como es habitual en los libros de la autora, la intriga no decae y es imposible dejar de leer. 

@Pilar López Bernués