LA ESCAFANDRA Y LA MARIPOSA
(Le scaphandre et le papillon, 1997)
Jean Dominique Bauby
Editorial Ediciones del Bronce
1ª Edición: Enero 2008
Traducción de Rosa Alapont
Género: Historia real / Autobiografía
ISBN: 978-84-8453-178-4
160 Páginas
Argumento:
El 8 de diciembre de 1995 la vida cambió radicalmente para el periodista y redactor jefe de la revista Elle cuando un accidente cardiovascular lo sumió en un coma profundo del que despertaría veinte días después para descubrir que era esclavo en un cuerpo paralizado.
Con la mente plenamente consciente pero sin poder mover nada a excepción de un párpado, Bauby vivió su día a día en el hospital con la entereza suficiente para no derrumbarse y ser capaz, incluso, de dar forma a este libro... Un alfabeto francés reconvertido, colocando las letras más usuales al principio, y ese único párpado como sistema de comunicación, obraron el milagro.
Es destacable que Bauby, con cuarenta y pocos años y padre de dos hijos pequeños, fue capaz de dictar sus vivencias huyendo de la autocompasión. Describe algunas anécdotas hospitalarias, pero también sus recuerdos o viajes. En determinados momentos acepta que sucumbe a la desesperación, pero el tono general del libro es incluso irónico, como el del hombre que se ríe de si mismo y su situación. Busca alternativas constantes para sentirse activo y, puesto que no puede comer, por ejemplo, se distrae imaginando que está en los mejores restaurantes y saboreando los mejores platos.
La “escafandra” es el ojo por el que Jean Dominique Bayby veía el mundo mientras soñaba con ser “mariposa”. Afortunadamente para él, ese último viaje lo hizo el 9 de marzo de 1997 cuando ya había publicado el libro y ya se intuía que iba a ser un best-seller.
Opinión:
Es difícil opinar sobre algo tan extraordinario. La entereza de Bayby es una “luz en la oscuridad” para todos los lectores que compartan con él esa terrible experiencia. Es imposible leer la obra y no cuestionarse hasta qué punto nos quejamos en ocasiones, hasta qué punto creemos que la vida se ha cebado con nosotros o los nuestros...
No hay palabras para definir un relato como este, sólo se puede leer, sentir y reflexionar con su contenido. La recomiendo sin género de duda.
@Pilar López Bernués |
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