Argumento:
Chris y Corrine forman la pareja perfecta y viven felices con sus cuatro hijos, a los que adoran. Todo se gira, sin embargo, cuando Chris muere, Corrine se siente desamparada y decide trasladarse con los niños a la casa de sus padres, una mansión enorme situada en el viejo Boston. Los padres de Corrine, no obstante, son seres severos e insensibles y la madre, concretamente, dirige a los demás con mano férrea y autoritaria, escondiendo tras esa actitud un alma amargada, infeliz y frustrada.
Lejos de alegrarse, los abuelos de los pequeños sienten que son una carga, él ni siquiera desea verlos y la abuela les habilita una habitación de la que parte una escalera que conduce al ático. Esa será su cárcel durante tres largos años mientras Corrine, aunque nunca pierde una amabilidad teatral hacia sus hijos, empieza a olvidarse de ellos y preocuparse por si misma.
Cathy y Chris, los dos mayores y con sólo trece y once años, se ven ejerciendo de padres para sus hermanos pequeños. Viven sin sol, sin aire, esperando una visita de una madre que cada vez acude con menos frecuencia y cada vez les dice que "pronto saldrán". Cathy va abriendo los ojos ante el horror de la transformación de su propia madre pero el joven Chris, que la adoraba, no consigue apreciar el cambio; en realidad se niega a aceptarlo y va creyendo las mentiras de su progenitora, siempre endulzadas bajo una falsa sonrisa y palabras cariñosas.
La muerte de uno de los pequeños a causa de las condiciones tan insanas en que están y la sospecha de que ha podido ser intoxicado, hace que los mayores se planteen firmemente la situación y elaboren un plan para huir de allí en compañía de su hermana, melliza del niño muerto.
Opinión:
Es una historia escalofriante por cómo se narra la transformación de una madre, cómo los niños mayores entran en la adolescencia ejerciendo de padres para los pequeños y van cambiando sus sentimientos a medida que pasa el tiempo.
La autora, como es habitual en ella, describe con éxito personajes retorcidos que, no obstante, resultan atractivos y se muestran encantadores. El ejemplo claro es Corrine, una madre ejemplar mientras vivió su marido, que adoraba a sus hijos y vivía por y para ellos, pero que es capaz de dejarlos confinados en una habitación durante años sin que le tiemble el pulso y sin olvidar su sonrisa y aparente cariño.
La novela atrapa por la intensa carga emocional, la situación trágica de unos niños y los retorcidos sentimientos de una madre y unos abuelos con respecto a ellos.
@Pilar López Bernués |
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