AMANECIÓ DE NUEVO MADRID (Anamaría Trillo)

04.06.2015 12:38

 

Amaneció de nuevo Madrid

(Amaneció de nuevo Madrid, 2015)

Anamaría Trillo

Editorial: Playa de Ákaba

Colección: Narrativa

Copys:

© Anamaría Trillo, 2015

© Playa de Ákaka, S.L.

©  Enerio Polanco (diseño de cubierta)

1ª Edición: abril, 2015

ISBN: 9788416216505

Tapa blanda

GÉNERO principal: Novela

Etiquetas- tags: Novela intimista, ficción histórica, postguerra española, supervivencia, policía franquista, relaciones humanas, Madrid de la postguerra, literatura española.

Páginas: 573

 

Argumento:

Cuando Margarita abandona su casa del pueblo para dirigirse a Madrid, solo tiene catorce años. A su corta edad, sabe lo que son los bombardeos y el miedo; también la miseria, el hambre y el odio que la pasada Guerra sembró en ambos bandos y no murió al llegar la paz.

 

Margarita es analfabeta, cándida e inocente, y ella no ha elegido marchar...; pero no se le permite opinar, ni siquiera despedirse de su hermano Antoñito, ajeno a su partida. Tampoco sus padres le ofrecen un último abrazo aunque en la mente de sus progenitores y en la suya propia existe la convicción de que no volverán a verse. En definitiva, servir en Madrid es mejor opción que permanecer en el pueblo, pasar hambre, privaciones y no tener futuro. Allí, en la capital de España, existe supuestamente la esperanza de una vida mejor...

 

Todo eso sucede en enero de 1945.

 

A Margarita se la lleva doña Teodora, prima de su madre, con un hijo ya jovenzuelo y viuda de un caballero con cierto renombre por su dinero, aunque no abundante, y su afinidad al nuevo régimen. Regenta un hostal en la calle del Pez. Pero doña Teo no paga los servicios de la niña, a la que trata como a un objeto de su propiedad; más bien se siente en paz con Dios por dar techo y comida a una chica como esa; sin tener presente que el alimento brilla por su ausencia, el trabajo es agotador y las noches, en un decrépito jergón, resultan heladas para la muchacha porque no cuenta ni con un poco de carbón para caldear la estancia.

 

La terrible indefensión en que se encuentra Margarita y su aplastante soledad solo la contrarresta Tina, otra jovencita algo mayor que también está bajo la tutela de doña Teodora y es una chica jovial, positiva, huérfana de padres “rojos” y, prácticamente, una hermana mayor para la asustada protagonista.

 

En ese ambiente, ubicado en un Madrid de la postguerra, con hambre, miseria, odios y rencillas, “buenos y malos”, amigos del régimen, una dictadura y unos principios morales marcados por la Iglesia más casposa, Margarita descubrirá el amor y el desamor, la tremenda indefensión que supone ser mujer en un mundo de hombres y aprender a sobrevivir... Es un lujo ver amanecer un nuevo día y, quizá, en algún momento ser feliz.

 

Opinión:

Esta una historia de ficción, en efecto, pero una historia que podría representar a miles de historias semejantes y totalmente reales ubicadas en la España de 1.945. Tal vez en Madrid, como se muestra en el libro; pero también en la mayoría de ciudades españolas grandes o pequeñas marcadas por la Guerra, una dictadura, unas condiciones de vida espantosas, carencias, racionamiento e infinitos odios e injusticias que unos y otros no estaban dispuestos a olvidar.

 

La “cruzada” del general Franco, no acabó tras la Guerra, como sabemos, sino que sus tentáculos se extendieron hasta bien avanzados los años 50. Aquí se aprecia una ciudad destruida, hambrienta, con menesterosos buscando un mendrugo o muriendo en la calle, trabajadores haciendo infinitas horas a cambio de casi nada... y desesperanza, miedo y pocas opciones a menos que se tuvieran “padrinos” y no existieran sospechas de que uno mismo, incluso algún familiar, había luchado en el bando contrario o fue simpatizante.

 

Me ha llamado especialmente la atención la forma de actuar de los policías del franquismo, cómo se examinaban expedientes de supuestos “rojos” y se los conducía a las dependencias de “Sol”, donde tras horrorosos interrogatorios algunos ya no volvían a salir o, si lo hacían, era camino del paredón, la cárcel de Carabanchel, en el mejor de los casos, o hasta quedaban a merced de conventos, donde las monjitas custodiaban a presas  bajo las órdenes de los que tenían autoridad...  Por supuesto, no faltan en el libro esos sujetos adictos al régimen que no solo cumplían con su trabajo cazando “rojos” sino que disfrutaban torturando y matando; gente sin escrúpulos ni valentía, en definitiva, pero que se sentía impune y protegida pese a su innegable mezquindad.

 

En ese entorno, llama la atención y atrapa al lector la protagonista de Anamaría Trillo, una casi niña sola, asustada y que acaba siendo “objeto de” unos u otros. Pero también, en esa ingenuidad y corazón puro, habita resolución. Margarita, que descubre su primer enamoramiento y sufre por él, que se acaba casando sin amor pero agradecida por la oportunidad de una nueva vida, va forjando su carácter poco a poco, con cada nuevo amanecer.

 

El estilo de la autora es muy intimista. Básicamente, la novela es casi toda narración, con escasos diálogos y oraciones intensas, largas, explicativas... Anamaría Trillo nos lleva con sus descripciones magistrales a “sentir” el calor de un puchero en el pueblo de Margarita y el frío más glacial en una habitación decrépita sin calefacción. Se despiertan emociones, emociones que traspasan el papel y, siempre, van rodeadas de poesía, esa poesía de calidad que no precisa rima, puede darse en los peores escenarios y que siempre hace vibrar.

 

Los personajes, en su conjunto, los encuentro muy logrados; y ni qué decir tiene que el momento histórico en el que están situados es perfectamente reconocible, con esas luces y sombras que, si no hemos vivido, hemos podido apreciar a través de padres, abuelos e infinitas historias de unos y otros.

 

Esa España de la postguerra, del qué dirán, de las “obligaciones” de cada mujer para con su marido, de las palizas consentidas porque un hombre era el dueño de su esposa y podía matarla impunemente por “amor”... La Iglesia marcando la moral y predicando a través de algunos de sus ministros que los adictos a Franco tenían el Cielo ganado y los rojos merecían lo que les pasara... En connivencia con la dictadura, se condenaban a homosexuales y adúlteras (que no adúlteros) y se impedía que matrimonios rotos pudieran divorciarse... Todo eso que nos parece lejano, ocurrió no hace mucho...

 

En pocas obras como en ésta, he tenido muy presente esa cita de Hemingway: “Dios me libre de los buenos, que de los malos ya me libraré yo”.

 

Me ha gustado mucho ese nuevo amanecer al que nos emplaza la autora en su novela. La recomiendo sin dudarlo, para leer sin pausa pero sin prisa, saboreando cada una de las letras, repletas todas de intensidad, profundidad y belleza.

 

@Pilar López Bernués